Sabor de donas une a Villa Juárez con Durango

Ernesto trabaja 2 temporadas vendiendo donas en Gómez Palacio, Durango y Villa Juárez, Navolato.

Cada año, migrantes de diferentes partes del país llegan al valle de Culiacán para emplearse en el campo, muchos de ellos abandonan las hortalizas, pero deciden probar suerte en otros oficios. Ernesto es uno de ellos, vendiendo donas une a Villa Juárez con Durango.

Ernesto Quezada es originario de Gómez Palacio, estado de Durango, llegó hace más de 20 años a la sindicatura de Villa Juárez, acompañado de su esposa y sus 11 hijos. Trabajaba en el campo Victoria, y al mismo tiempo continuaba con su oficio de albañil.

La situación se volvió difícil, un día decidió emprender en el comercio, probó con la venta de ropa, pero no prosperó, y se regresó a su ciudad natal.

Con pocas alternativas para sacar adelante a su familia, decidió desarrollar sus conocimientos en panadería que había aprendido de sus padres. En su familia era tradición elaborar donas para las reuniones familiares. Con una receta realizada con amor y dedicación logró darle a sus donas un toque especial.

Las primeras donas que hizo las vendió entre sus amigos y vecinos. Ellos las recomendaban por su rico sabor. Fue así como un día Ernesto Quezada regresó a Villa Juárez, a vender donas por temporadas. Cuando termina la zafra, después de varios meses, se regresa a Gómez Palacio para seguir allá con la misma actividad.

En su bicicleta recorre las principales calles de la sindicatura, lugar que lo une con su ciudad natal por medio de las donas, cubriendo el hambre se ha ganado el reconocimiento de los Villajuarences.

Con una familia unida y sencilla Ernesto busca siempre inculcar a sus hijos el gusto por la panadería, tal como lo hicieron sus padres.

Se siente agradecido con la gente que le ha brindado su amistad. Cada temporada que se encuentra de regreso en Villa Juárez tiene trabajo y tiene amigos.