Se redujo 12.3% la pobreza en América Latina y el Caribe
Este contexto favorable ha contribuido con la reducción de la pobreza y la expansión de la clase media.
El BM detalla una estrategia basada en la gestión de riesgos para evitar que hogares latinoamericanos sean susceptibles de caer en pobreza.
(TBN) Con una tasa de crecimiento promedio anual de 3.2 por ciento, la pobreza en América Latina y el Caribe ha disminuido en un 12.3 por ciento según datos del Banco Mundial.
La región de América Latina y el Caribe ha logrado notables avances en términos económicos y sociales durante la última década, principalmente en la lucha contra la pobreza y la desigualdad de los ingresos, según datos del Banco Mundial (BM).
El crecimiento económico alcanzó una tasa promedio anual de 3.2% entre el año 2000 y el 2014, porcentaje marcadamente mayor que en décadas anteriores, según el BM. Este contexto favorable ha contribuido de manera importante con la reducción de la pobreza y la expansión de la clase media.
Destaca que la proporción de los 600 millones de habitantes de la región que viven en extrema pobreza (con menos de $2.50 dólares al día), se redujo a la mitad entre 2003 y el 2012, es decir, a 12.3 por ciento.
De igual modo, el porcentaje de latinoamericanos que vive en la pobreza moderada (con menos de $4.00 dólares al día) pasó de 41.1% a 25.3 por ciento, indicó.
En contraste detalla que muchos de los impactos negativos y reveses en el desarrollo surgidos a partir de los choques agregados (económicos), son resultado de sistemas de gestión de riesgos que no logran proteger adecuadamente el bienestar de los hogares.
Los choques agregados pueden causar enormes pérdidas de vidas humanas, disminuir los estándares de vida, destruir el capital físico y humano, perturbar los mercados y forzar a los hogares a perder oportunidades económicas.
Estrategias de gestión de riesgos
En su informe “Desarrollo Económico Inestable”, el Banco Mundial presenta una estrategia de gestión de riesgos para sobrellevar los impactos de los choques económicos causados por el hombre o la naturaleza (desastres naturales, epidemias, crimen, entre otros).
Detalla que la estrategia debe abordar cuatro objetivos para ayudar a los hogares a prepararse de manera efectiva:
- Adquirir conocimientos.- Comprender los choques, condiciones y resultados potenciales a fin de reducir las incertidumbres que afrontan las personas, sociedades y países.
- Desarrollar redes de protección.- Permite reducir las probabilidades y la magnitud de las pérdidas, y al mismo tiempo, aumenta las posibilidades y magnitud de los resultados positivos.
- Adquirir seguros.- Manejo de riesgos entre diferentes grupos de la población a lo largo del tiempo.
- Aplicar mecanismos de afrontamiento efectivo.- Saber cómo afrontar los choques agregados luego de que estos ocurren.
Los beneficios de una adecuada gestión de riesgos son considerables. El riesgo de estancamiento económico puede disminuir en los países que tienen sólidas políticas fiscales y monetarias.
Asimismo, los códigos de construcción para sismos pueden proteger la infraestructura vital contra el poder destructivo de los terremotos. Los gastos en defensas y sistemas de alerta temprana pueden ayudar a los hogares y negocios a afrontar efectivamente las inundaciones.
Menciona que los agricultores pueden aumentar la productividad agrícola a través del incremento del riego y el uso de fertilizantes.
La vacunación de los niños los protege contra determinadas enfermedades y los ayuda a tener vidas más sanas y productivas, señaló el organismo.
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Imagen: i0.wp.com
