Tus Buenas Noticias
Síguenos

¡Nunca es tarde! Rosario Insunza, la mujer de 72 años que concluyó el bachillerato

Rosario Insunza, “Chayito”, una alumna de 72 años, obtuvo un reconocimiento por el mejor aprovechamiento de la primera generación del bachillerato intercultural en el plantel 1, ubicado en Cuiteco, una pequeña comunidad enclavada en una barranca del municipio de Urique, Chihuahua.

13 julio, 2016
¡Nunca es tarde! Rosario Insunza, la mujer de 72 años que concluyó el bachillerato
¡Nunca es tarde! Rosario Insunza, la mujer de 72 años que concluyó el bachillerato

Chayito, la mujer de 72 años que concluyó el bachillerato,

¡nunca es tarde!

 

Rosario Insunza, “Chayito”, una alumna de 72 años, obtuvo un reconocimiento por el mejor aprovechamiento de la primera generación del bachillerato intercultural en el plantel 1, ubicado en Cuiteco, una pequeña comunidad enclavada en una barranca del municipio de Urique, Chihuahua.

Para llegar a esa población es necesario viajar cerca de siete horas desde la capital del estado, y la última parte del recorrido se realiza por un camino de terracería, circundado por un arroyo.

Rosario nació el 26 de octubre de 1943 en Pericos, municipio de Mocorito, en Sinaloa. Visitó en una ocasión el poblado de Cuiteco y la belleza de sus paisajes hicieron que recordara sus días de infancia.

Esta mujer forma parte de la primera generación de alumnos que egresan del bachillerato intercultural plantel 1, ubicado en esa localidad, quien además de ser una estudiante admirada por su dedicación y su amabilidad, destaca porque a sus 72 años cumplió su meta de terminar el nivel medio superior.

 

Doña Chayito se convirtió en una estudiante destacada, muy querida y admirada por sus compañeros. Aunque obtuvo el reconocimiento por ser la alumna con el mejor promedio de aprovechamiento de su generación con 9.4, refiere que sí hubo materias que representaron una mayor dificultad.

“Cuando conocí el estado de Chihuahua me remonté al pasado y quise que mis hijos disfrutaran de una niñez como la que yo viví”, expresó doña Chayito, al indicar que siempre tuvo el objetivo de establecerse en esa comunidad cuando sus cuatro hijos, tres mujeres y un varón, fueran independientes.

Cuenta que “en vacaciones, hace tres años, yo venía a pasar dos semanas y cuando llegué me encontré con que iniciaba el bachillerato, conocí al director y le dije: ‘si yo quiero estudiar ¿me acepta?'”.

Señala que el director le dijo que sí y “que allí no tenían límite de edad”, por lo que regresó a la ciudad de Guadalajara en donde vivía, para reunir la documentación requerida, digitalizó sus papeles, los envió y quedó inscrita.

Indica que para ella fue un reto “los idiomas, estudiar la lengua tarahumara y el inglés”, una de las características del bachillerato intercultural, en el que se abordan las lenguas indígenas, el español, y el inglés, con el apoyo de las tecnologías de la información.

A pesar del desafío que implicó el estudio de estas materias, también se convirtieron en sus asignaturas favoritas, junto con la de Formación para el trabajo, pues en el proyecto de esta materia en el que participó al lado de sus compañeros, aprendió todo lo referente a las técnicas de siembra y cultivo de plantas.

A lo largo de todo su proceso como estudiante, su familia estuvo acompañando a Rosario para brindarle su apoyo. Chayito contó con la ayuda de sus hijos, como la mayor, Ingrid López Insunza, quien es catedrática del Tec de Monterrey, campus Guadalajara.

“Escribía un mensaje o hablaba, ‘oye, no entiendo esta palabra, me pidieron tal concepto y no me queda claro'” y era entonces cuando de alguna manera sus hijos pudieron apoyar sus esfuerzos.

Doña Rosario vio coronado su sueño de terminar el bachillerato, luego de que dejó el nivel inconcluso. “Terminaba uno de estudiar, lo poquito que en ese tiempo se podía, y era trabajar”, dice

Recibió en su ceremonia de graduación varios reconocimientos como estudiante destacada, pero sin duda el más importante fue el cariño y la admiración de sus compañeros, maestros, familiares y los habitantes del pueblo.

Su hija Ingrid con profunda emoción y conteniendo las lágrimas expresó su enorme satisfacción, pues dijo “es un gran modelo, lo ha sido siempre pero ahora me demuestra que todo lo que se propone lo puede lograr”.

Chayito, ahora que ha terminado esta etapa de su formación, tiene planes claramente definidos, pues además de dedicarse a apoyar a una de sus hijas, quien es madre soltera y está por terminar el doctorado, quiere continuar con su preparación, cursando alguna carrera en línea.

“La que más me gusta es Filosofía, creo que hasta ahora es la que va ganando, pero me gusta mucho cultivar plantas también”, afirma.

Fuente: http://bit.ly/29zaJe0

Imagen: tomada de la fuente.


Temas de esta nota
Enlaces patrocinados