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Científico resucita lago en 15 días con nanotecnología

El científico peruano Marino Morikawa resucitó en 15 días, con ayuda de la nanotecnología, el humedal y el lago El Cascajo, al norte de Lima, que todos daban por perdido.

11 julio, 2016
Científico resucita lago en 15 días con nanotecnología
Científico resucita lago en 15 días con nanotecnología

Científico resucita lago en 15 días con nanotecnología

El científico peruano Marino Morikawa resucitó en 15 días, con ayuda de la nanotecnología, el humedal y el lago El Cascajo, al norte de Lima, que todos daban por perdido; ahora combina sus conocimientos y amor por la naturaleza para intentar descontaminar el lago Titicaca y la laguna de Huacachina.

El humedal El Cascajo es un ecosistema de aguas superficiales de aproximadamente 50 hectáreas en el distrito de Chancay, inició su recuperación con dos inventos que Morikawa desarrolló por su cuenta y con su dinero, aunque no quiso revelar el monto que ha gastado.

APEGO DE LA INFANCIA

La idea de recuperar al humedal surgió en 2010 con una llamada de su padre, quien le contó que El Cascajo, dónde iban a pescar cuando Morikawa era un niño, estaba “en muy mal estado”, relató el científico, quien estudió la carrera de Medioambiente en la universidad japonesa de Tsukuba.

El especialista visitó el humedal y lo que encontró fue una “imagen desastrosa” que “lo dejó dolido” y en la búsqueda de una solución.

El Cascajo estaba convertido en un depósito de aguas sucias, desechos de granjas de cerdos y rodeado por un basurero ilegal del que las aves migratorias se alimentaban.

El humedal desprendía un olor putrefacto y estaba cubierto por unas plantas acuáticas conocidas como lechugas de agua que debían ser retiradas.

Tras comprobar esta situación, Morikawa se enfrascó en solitario en la búsqueda y el desarrollo de un método que le permitiera descontaminar el humedal sin utilizar químicos.

El primer invento fue un sistema de micronanoburbujeo que consiste en burbujas 10 mil veces más pequeñas que las de las bebidas gaseosas y que permanecen entre cuatro y ocho horas en el agua, tiempo durante el cual atrapan e inmoviliza virus y bacterias, tras lo cual las destruyen y se evaporan, explicó Morikawa.

El otro desarrollo del científico son unos filtros biológicos con arcilla para que los contaminantes inorgánicos, como metales pesados y minerales, se adhieran a la superficie y sean destruidos por bacterias.

NATURALEZA ACELERADA

Bastaron 15 días de trabajo para que “el Chinito”, como lo llamó la gente de la zona, empezara a ver los primeros resultados del “milagro de la vida”, un proceso que en el laboratorio solo había logrado en seis meses.

“La naturaleza hace su trabajo, lo que yo hago es solo darle un plus para que actúe más rápido”, explicó.

Para 2013, 60 por ciento del humedal ya estaba cubierto por aves migratorias, en especial por las gaviotas de Franklin, que volvían a elegir a El Cascajo como una zona de descanso en su ruta desde Canadá hacia la Patagonia.

La transformación del humedal permitió que llegaran 80 mil aves, entre residentes y migratorias, y que alrededor de mil turistas lo empezaran a visitar, mientras que los vecinos y la municipalidad local se convirtieron en sus celosos vigilantes.

Desde entonces Morikawa, que ha recuperado 30 hábitats naturales en el mundo, se propuso con su empresa NANO+7 cambiar el rostro a otros dos ecosistemas emblemáticos de Perú.

RESCATAR ECOSISTEMAS

Uno de sus proyectos con miras a 2018 es la recuperación del lago Titicaca, el más grande de Sudamérica, y que comparten Perú y Bolivia, a 4 mil metros de altitud, que está afectado por la contaminación de aguas residuales.

“Esperamos la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales, mientras tanto iré recuperando la calidad del agua del Titicaca, lo que no es difícil”, dijo Morikawa.

El científico sabe que su éxito consiste en educar a las personas en el cuidado ambiental, por lo que empezó a dar charlas en colegios de Puno, ciudad sureña ubicada a orillas del Titicaca.

Otro proyecto que planea trabajar es la Huacachina, un oasis en medio del desierto, en la ciudad sureña de Ica, que desde los años 80 dejó de filtrar agua naturalmente y ahora es mantenida de manera artificial.

“Debemos recuperar su caudal, mejorar la calidad del agua, porque le crecieron ciertas algas, y construiremos en el desierto el vivero nacional del Huarango alimentado por el agua de una planta de tratamiento de residuos”, adelantó el científico.

Guiado por su pasión por la naturaleza y la ciencia, Morikawa asegura que “no hay imposible” ni “lugar que no se pueda recuperar” si es que se combina el trabajo científico con la educación, y se usan las leyes para proteger el medioambiente.

Fuente: http://bit.ly/29JwzxM

Imagen: tomada de la fuente.


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