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El legado educativo de Natalio Landeros Ramos ha forjado el futuro de Sinaloa

La vida de Natalio Landeros Ramos y su impacto en la educación de Sinaloa

24 abril, 2024
La familia de Natalio Landeros Ramos honra su memoria.
La familia de Natalio Landeros Ramos honra su memoria.

Natalio Landeros Ramos, un hombre cuya vida se une con la historia misma de México, nació en un vagón del ferrocarril en el verano de 1915, en plena efervescencia revolucionaria.

Desde sus primeros días, la lucha por la justicia social y el bienestar del pueblo marcó su destino. Criado por su tía Trinidad Landeros, maestra de profesión, Natalio encontró en ella la inspiración para seguir el camino de la enseñanza.

Natalio Landeros Ramos es un luchador social.
Natalio Landeros Ramos además de educador es un símbolo de lucha social.

Una vida de perseverancia

A pesar de las adversidades de la época, Natalio perseveró en su educación, graduándose como maestro normalista en la Escuela Normal Rural de Xalisco, Nayarit, en 1930. Su afán de superación lo llevó a seguir formándose, destacándose en el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio y en diversas instancias educativas donde dejó una huella imborrable.

Como maestro, director y líder sindical, Natalio Landeros Ramos también conocido como “El indio eterno”, se convirtió en un símbolo de lucha y compromiso con los más desfavorecidos.

Participó activamente en la formación de ejidos, sindicatos y partidos políticos que abogaban por las causas del pueblo, siempre llevando consigo su convicción revolucionaria plasmada en sus poemas y escritos.

Un legado perdurable

Su legado trascendió a través de generaciones de estudiantes que pasaron por las aulas que él dirigió.

La escuela primaria que lleva su nombre en el sector Barrancos se ha convertido en uno de esos legados de educación y desarrollo para la comunidad.

Más de 15 generaciones de niños y niñas han sido guiados por los principios y valores que Natalio inculcó.

Los hijos de Natalio Landeros Ramos conocen el espíritu indomable de su padre.
Los hijos de Natalio Landeros Ramos conocen el espíritu progresista de su padre.

Sus hijos, orgullosos de su legado, recuerdan con cariño la dedicación y pasión con la que su padre se entregaba a la enseñanza. Claudia Yadira, María Urssina, Luz de la Paz, Natalia Catalina, Víctor José, Óscar Samuel, Fidelina y Josefina, todos ellos testigos del compromiso de su padre con la educación y la justicia social.

Recientemente sus hijos perdieron a su madre, Josefina Cázarez Carrillo, con quien Natalio compartió 54 años de matrimonio.

Con su partida en el año 2000, Natalio Landeros Ramos deja un vacío en el corazón de su familia y de la comunidad educativa.

Sin embargo, su legado perdurará en cada estudiante que pase por las aulas de la primaria que lleva su nombre, recordando siempre al hombre que dedicó su vida a sembrar el conocimiento y la esperanza en las mentes y corazones de las futuras generaciones.

En su libro “Los educadores en la transformación social de Sinaloa, Historias de vida”, del maestro Teodoso Navidad Salazar, quien además fue gran amigo de Landeros Ramos, el escritor reconoce al educador como un hombre que buscaba cambiar el país, quien encabezó movimientos en defensa de los desprotegidos

Amor por su pueblo

En sus trabajos literarios Natalio logró reflejar el dolor de su pueblo. Su poesía retrató el sentir del México profundo.

Según Teodoso, Natalio era dueño de una gran personalidad y de fuerte voz.

“Lo recuerdo siempre con sombrero de ala corta y en invierno con bufanda. Sin duda fue honrado como el que más. Su vocación lo llevó por los senderos magisteriales donde se convirtió en líder social hasta el final de sus días; se ganó a pulso el respeto de los maestros a quienes representó dignamente en sus demandas laborales”, señala con un vívido recuerdo.



Natalio laboró en comunidades del medio rural en los municipios de Choix, Ahome, El Fuerte, Guasave y Culiacán, distinguiéndose como maestro y luchador social.

Fue director de las escuelas Ángel Flores, de Eldorado, Sinaloa; la escuela Tipo y Club de Leones, en Culiacán. En esas aulas dejó las mejores enseñanzas pero sobre todo un legado eterno.

Hoy, la primaria de Barrancos honra su memoria a través de estudiantes destacados que ponen en alto el nombre del maestro y que, a pesar de su ausencia física, sigue forjando el futuro de Sinaloa. Natalio Landeros, el retrato de la inspiración magisterial.

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