Con este clásico juego que se localiza en el Parque Culiacán 87, cada bajada es adrenalina, risas y recuerdo que perdura para siempre
Por: Juan Madrigal
En Culiacán existe un juego que ha sabido ganarse un lugar en la memoria y el corazón de miles de personas de todas las edades: la famosa resbaladilla con costales del Parque Culiacán 87.
Un ícono de alegría en Culiacán: el tobogán o resbaladilla que divierte a chicos y grandes
Este tobogán gigante, con varios carriles, es uno de los íconos del área de juegos mecánicos y sigue despertando la misma emoción que hace décadas, cuando inició a recibir a chicos y grandes en busca de risas y adrenalina.
Ubicada en la parte alta del parque, esta atracción no utiliza agua: el truco está en deslizarse sobre un costal de yute que reduce la fricción y aumenta la velocidad, convirtiendo cada bajada en una experiencia emocionante que invita a repetir una y otra vez.
La dinámica es sencilla: sentarse con las piernas al frente, sujetar el costal con firmeza y dejarse llevar. Eso sí, con algunas recomendaciones de seguridad como no tocar la superficie con manos o codos, usar ropa cerrada y evitar deslizarse boca abajo.
Para Nubia Medina, este clásico juego es mucho más que un pasatiempo: es una máquina del tiempo que la lleva directo a su infancia.
“La resbaladilla de costales siempre ha sido mi favorita. De niña, mis papás nos traían a mis hermanos y a mí, y muchas veces invitábamos a los primos. Subir juntos, reírnos y lanzarnos una y otra vez eran momentos mágicos. Ahora, al venir con mis hijos, vuelvo a sentir aquella misma alegría y me abrazo a recuerdos que siempre llevaré en el corazón”, compartió la vecina de la colonia Libertad.
Actualmente la resbaladilla está abierta al público los sábados y domingos, de 12:00 a 20:00 horas, con un costo de 45 pesos por persona. Además de disfrutar del tobogán, el boleto incluye acceso a otros juegos como la rueda de la fortuna, la tortuguita o la montaña, para completar una tarde de diversión.
El área también puede rentarse para cumpleaños, piñatas o convivios, con la ventaja de disfrutar la resbaladilla casi sin filas, junto a mobiliario y personal que atiende a los grupos. Es una opción ideal para celebrar ocasiones especiales con un toque de nostalgia y alegría compartida.
En cada subida se enciende la expectativa, en cada desliz la adrenalina recorre el cuerpo, y al llegar al final, la risa se escapa sin pedir permiso.
La resbaladilla con costales del Parque Culiacán 87 es más que un juego: es un generador de emociones, un lazo entre generaciones y una invitación a vivir el presente con la intensidad de un niño. Porque aquí, cada bajada es una chispa de felicidad, y cada recuerdo, un tesoro que se guarda para siempre.