Descubre dinosaurios, fósiles y ciencia en el Museo del Meteorito de Progreso, Yucatán. Una experiencia divertida e interactiva junto al mar
Por: Axel Orlando Arenas Vergara
En la costa de Progreso, Yucatán, hay un museo que sorprende desde que entras. Si alguna vez te han dado curiosidad los dinosaurios, el universo o cómo era la Tierra hace millones de años, este lugar te va a encantar.
Es como viajar al pasado, pero de una forma divertida e inmersiva, es el Museo del Meteorito de Progreso, en Yucatán.
Un recibimiento jurásico
Desde que te vas acercando al museo, lo primero que te llama la atención es un T-Rex enorme entre las palmas, como si te estuviera dando la bienvenida. No hay manera de no voltear a verlo. Es imposible no detenerse a admirarlo y empezar a imaginar todo lo que verás dentro.
Al entrar, uno de los espacios más sorprendentes es el dedicado a los fósiles. Ahí puedes ver restos reales y réplicas de criaturas que habitaron la Tierra hace millones de años, desde amonites hasta reptiles marinos. Cada pieza ayuda a imaginar cómo era el planeta mucho antes de que los humanos apareciéramos.
Uno de los rincones favoritos de niñas, niños y curiosos de todas las edades es el área interactiva que simula una excavación real. Ahí puedes tomar una pala y descubrir poco a poco los huesos de un dinosaurio oculto en la tierra. La experiencia hace que por un momento te sientas como un verdadero paleontólogo.
Un recorrido con movimiento
Al avanzar en el recorrido, te esperan varios animatrónicos de dinosaurios, con detalles tan bien logrados que es fácil imaginar cómo se movían hace millones de años. Algunos incluso emiten sonidos, lo que hace que la experiencia sea aún más inmersiva y divertida para quienes disfrutan de la historia natural.
Para terminar, el museo te lleva a su azotea, donde una enorme escultura de reptil marino apunta al cielo mientras el mar se abre a lo lejos. Es el cierre perfecto de una experiencia que mezcla ciencia, historia y paisajes únicos en un solo lugar.
Un lugar donde todo comenzó
Este museo no se encuentra en cualquier lugar del mundo, está justo en la península de Yucatán, donde hace millones de años impactó el meteorito que cambió para siempre la vida en la Tierra.
Por eso no es casualidad que este espacio lleve su nombre y que al recorrerlo sientas que estás más cerca de ese momento histórico.
No solo vas viendo cosas, vas sintiendo todo lo que pasó hace millones de años. Es como si el museo te hiciera viajar al pasado sin darte cuenta. Al final, sales con la cabeza llena de curiosidad y con una sensación bonita de haber aprendido algo.