El Origen de las Ideas

Una nueva idea no es más que una nueva combinación de elementos existentes.

Por: VA

Isaac Asimov dejó algo muy claro:

Una nueva idea no es más que una nueva combinación de elementos existentes.

La creatividad no es inventar desde cero.

Un ejemplo brillante: la teoría de la evolución.

Charles Darwin y Alfred Wallace llegaron, de forma independiente y simultánea, a la misma conclusión sobre la evolución de las especies.
 ¿Sorprendente?
 Hay una explicación… 
Ambos viajaron a tierras lejanas, observaron la naturaleza en numerosos ecosistemas y leyeron el Ensayo sobre la Población de Malthus.

Luego crearon la novedosa combinación.

Malthus afirmó que la superpoblación crea una lucha por la supervivencia entre los humanos… 
¡Pero eso también aplica a los animales y las plantas! 

Lo que nos lleva a la primera conclusión clave:

Para generar ideas valiosas, es necesario aprender sobre temas lo más diversos posible. 
Solo así se pueden combinar las piezas de maneras nuevas.

Cuando veas esa novedosa combinación, te resultará evidente. 
Como dijo Thomas Huxley después de leer El Origen de las Especies: 
«Qué estúpido de mi parte no haberlo pensado». 
Huxley tenía las mismas piezas que Darwin, pero no logró la conexión.

Eso es lo que te diferenciará: tu audacia al experimentar y combinar ideas.

No basta con saber mucho.

Habilidades y personalidad requeridas

Aprende de temas diversos

Nadie establece conexiones valiosas sin una base sólida.

La capacidad de conectar cosas inconexas surge en las personas que nunca dejan de aprender, que continuamente alimentan sus mentes con ideas nuevas y variadas. Nunca conectarás lo que ni siquiera sabes que existe. Así que empieza por aquí: investiga todo lo que te llame la atención; profundiza en cada tema.

Haz de la curiosidad tu estilo de vida.

Sé audaz

Como advirtió Asimov desde el principio, no basta con saber; hay que atreverse a combinar.

Una persona dispuesta a desafiar la razón, la autoridad y el sentido común debe ser alguien con una gran confianza en sí misma».

Alguien que alguna vez pensó que la Tierra era redonda en lugar de plana.

Alguien que creía que la Tierra se movía, no el Sol.

Alguien que argumentaba que los objetos requieren fuerza para detenerse, no para mantenerse en movimiento.

Estas tres ideas parecían descabelladas en su época, pero eran simplemente combinaciones novedosas de piezas formadas por tres genios: Aristóteles, Nicolás Copérnico y Galileo Galilei. Las nuevas ideas rara vez suenan bien al principio. 
A menudo parecen erróneas o revolucionarias.

Para ser creativo, hay que ser valiente. Hay que salirse de lo convencional.

La persona con más probabilidades de tener nuevas ideas es alguien con una sólida formación en su campo y hábitos poco convencionales.

Sé autodidacta

Las personas creativas no siempre siguen el camino prediseñado. 
Aprenden por sí mismas.

Un gran error es creer que el aprendizaje termina con un diploma. 
Es todo lo contrario. 
Terminar la educación formal significa que has madurado y ahora tienes las herramientas para aprender de forma independiente y cuestionar lo aprendido.

El sistema educativo te da conocimiento (fragmentos), pero no desarrolla tu creatividad.

Al recompensar la "respuesta correcta", el sistema desalienta la exploración. 
Te da fragmentos básicos año tras año, pero el trabajo de explorarlos y combinarlos con muchos otros recae en ti, y eso es lo que casi nadie hace.

Para ser verdaderamente creativo, aprende el doble fuera del aula que dentro.

Fortaleza mental

La creatividad tiene un alto precio: ser criticado.

Si haces algo diferente, si te sales de las normas establecidas, te expones.
Incluso si tienes razón, te arriesgas a ser rechazado solo por salirte de la norma. 
Y, sin embargo, ahí reside la oportunidad. 
El mundo avanza gracias a quienes se atreven a romper las reglas, no a quienes las repiten.

Es mejor para tu reputación fracasar de forma convencional que triunfar de forma poco convencional.

Si quieres ser creativo, más vale que estés preparado para ser juzgado.

Necesitas estar solo.

Incluso con todo ese conocimiento y la mentalidad adecuada, necesitas el entorno adecuado.

La creatividad no puede surgir en la urgencia y la velocidad del mundo actual. 
Al respecto, Asimov es contundente:
«En términos de creatividad, se requiere aislamiento». 
La mente creativa necesita lentitud y silencio; necesitas pasar tiempo tranquilo y a solas.

Un bello ejemplo de esto: la historia del benceno.

August Kekulé era un químico que una vez se quedó dormido frente a una chimenea. 
Soñó con una serpiente que se mordía la cola, formando un anillo. 
Esa imagen inspiró su teoría de que la estructura del benceno no era lineal como otros compuestos de carbono conocidos, sino cíclica. 
Su sueño cambió la química.

Tú puedes hacer lo mismo mientras deambulas sin rumbo y dejas que tu mente conecte ideas.
La presencia de otros inhibe el proceso, porque crear es vergonzoso.

Crear significa fracasar, decir tonterías, sentir vergüenza. Y para eso, necesitas privacidad.

Cómo generar ideas en grupo

Sesiones de cerebración

Asimov propuso lo que llamó "sesiones de cerebración".

Como se mencionó anteriormente, se necesita privacidad para crear, así que estas sesiones no son para eso. 
Son espacios para enriquecer el acervo mental colectivo: para intercambiar ideas, para dar y recibir elementos que luego se puedan combinar.

El objetivo no es pensar en nuevas ideas, sino educar a los participantes con hechos, combinaciones de hechos, teorías y pensamientos dispersos.

A sabe algo que B desconoce.

B sabe algo que A desconoce.

Y C combina A + B y ve algo nuevo.

La magia reside en la polinización cruzada entre mentes.

Características de la sesión

Asimov fue preciso. 
Para que una sesión de cerebración funcione, se necesita:

Grupos pequeños: no más de 5 personas.

Entornos informales: casas, cafés, cenas. Ausencia total de juicio (aunque no vergüenza de decir disparates).

Sin jerarquías: nadie puede ser jefe ni líder de nadie.

Porque el miedo al ridículo y la presión directa matan la creatividad.

El mundo desaprueba la creatividad. Ser creativo en público es especialmente malo.
Incluso especular en público es inquietante.

El rol del facilitador

Una sesión de cerebración no puede ser a la deriva.

Necesita un moderador que haga preguntas, redirija cuando sea necesario y mantenga el ritmo, sin dictar el contenido.
“El moderador debe desempeñar un papel similar al de un psicoanalista. 
Es decir, plantear preguntas reflexivas para que otros lleguen a sus propias conclusiones.

El almacén de ideas

Todas las piezas que recopiles deben guardarse en algún lugar.

Puede ser un cuaderno con el método de la raíz, una carpeta digital,, etc.
Necesitas un espacio para anotar todo lo que te llame la atención. 
Citas. Ideas. Pensamientos. Curiosidades. 
No importa si no sabes para qué sirven.

Lo que importa es que están ahí.

Porque un día, sin previo aviso, al releer una línea que subrayaste hace años, esa pieza se combina con una idea que te surgió ayer, y nace una nueva y brillante idea.

Ahora que sabes todo esto, la pregunta ya no es" ¿Cómo se me ocurren ideas?".

La pregunta es: ¿Estoy haciendo lo necesario para

que las ideas me lleguen?

Por último, una anécdota de la creatividad de juntar ideas:La rueda se inventó en el año 5,000 antes de Cristo.
La maleta se inventó en el año 1,500 antes de Cristo.
La maleta con ruedas se inventó en el año 1,972 después de Cristo.
Tardamos 3,472 años en saber que combinaban.
La creatividad es solo combinar 2 cosas existentes.

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