La inspiradora historia de Memito, el niño de El Potrero de Sataya que, pese a su discapacidad neuromotora, transforma cada reto en pasión deportiva, fortaleza familiar y esperanza para otros niños.
A sus 11 años, Jesús Guillermo García Ramírez —conocido cariñosamente como Memito La Cura, porque siempre anda alegre— es un ejemplo luminoso de valentía. Nacido a las 32 semanas, sin llorar al llegar al mundo y tras sufrir hipoxia neonatal, su vida inició con una batalla inesperada.
La falta de oxigenación le provocó discapacidad neuromotora moderada por cuadriparesia espástica, un diagnóstico que lo ha llevado a someterse a tres cirugías y a enfrentarse diariamente a grandes retos físicos, pues no puede caminar por sí mismo.
Pero si algo define a Memito no es la adversidad, sino la fuerza con la que la enfrenta.
La familia de Memito: su apoyo incondicional
Con una sonrisa que nunca falta, Memito reconoce que su camino ha sido difícil. Recuerda sus operaciones, los procesos médicos y los momentos de incertidumbre. Sin embargo, también reconoce algo más grande: su capacidad para salir adelante.
“Me doy cuenta de que soy capaz de lograr muchas cosas aun teniendo una discapacidad.”
Esa convicción es la que lo acompaña cada día, demostrando que los límites no determinan los sueños. Memito vive en la comunidad de El Potrero de Sataya, pero es muy popular en todo el municipio de Navolato.
El corazón de su historia late con fuerza en casa. Su mamá, María Guadalupe Ramírez Reyes, ama de casa; su papá, Guillermo García Martínez, albañil; su hermanita Miranda, y sus abuelos son el pilar que lo sostiene.
“Ellos siempre están para mí, me dan ánimos y tratan de que yo sea muy feliz.”
En entrevista para Tus Buenas Noticias comparte que su familia ha sido su refugio durante los días más complicados y el motor que lo impulsa a seguir avanzando, paso a paso, con esperanza.
El deporte como fuente de alegría para Memito
Aunque su discapacidad física le impide usar plenamente sus piernas, Memito ha encontrado en el deporte una puerta abierta a la felicidad. Le apasiona el sóftbol y el béisbol, deportes en los que ha descubierto no solo diversión, sino un espacio para demostrar que la fuerza de voluntad es más poderosa que cualquier diagnóstico.
Forma parte del equipo de Sóftbol Especial Sinaloa y también de los Payasos Sóftboleros de Navolato, con ellos juega y se disfraza de payaso para los eventos y también toca instrumentos musicales. Son grupos donde ha encontrado compañeros, amigos y una comunidad que lo celebra.
“Sin duda jugar sóftbol y compartir momentos con mi hermanita es lo que más feliz me hace.”
En el campo, Memito no solo juega: inspira.
Además de su amor por el deporte y la música de banda, Memito sueña con convertirse en un YouTuber reconocido. Y entre sus anhelos más profundos está uno que guarda con ternura: Poder caminar por sí solo.
Mientras ese sueño se construye con tiempo, terapia y esperanza, él ya está cumpliendo otro: inspirar a otros niños a no rendirse.
“Que los sueños se cumplen, que nunca dejen de luchar por lo que quieren ser.”
Memito y su deseo de inspirar a otros niños
Desde hace dos años participa activamente en el Megajuguetón Navolato, una noble iniciativa que lleva alegría a otros pequeños. Su espíritu solidario demuestra que, pese a sus propias batallas, Memito siempre encuentra espacio para hacer sonreír a los demás.
Para Memito, el amor lo sostiene todo.
“Para mí lo es todo, son mi refugio, mi lugar seguro.”
Y con ese mismo amor, ofrece un mensaje final para quienes lo leen:
“Que confíen en sí mismos, porque somos capaces de lograr lo que nos propongamos.”
La historia de Memito demuestra que la fuerza no siempre viene de las piernas, sino del corazón y de quienes te acompañan. En el deporte encontró amigos, apoyo y un lugar donde sus sueños corren más rápido que cualquier límite físico.
Gracias al acompañamiento en el campo y al ánimo de quienes creen en él, Memito sigue creciendo, soñando y enseñándonos que ninguna barrera es más grande que el deseo de salir adelante.