Durante su quinta estancia en Suiza, Rafael Ángel Narcio Laveaga lideró la operación de detectores y equipos en el CERN, integrándose a un grupo galardonado con el Premio Breakthrough 2025 y consolidando su liderazgo en física de altas energías
Por: Juan Madrigal
Culiacán, Sinaloa. - En un universo donde las partículas más pequeñas guardan secretos enormes, surge la historia de un joven cuya pasión y curiosidad no tienen límites. Rafael Ángel Narcio Laveaga ha llevado el nombre de Sinaloa y México a los laboratorios más prestigiosos del mundo, demostrando que la ciencia es un camino abierto para quienes se atreven a soñar, cuestionar y transformar la realidad con esfuerzo y resiliencia.
Orgullo mexicano: Rafael Narcio lidera toma de datos en el experimento ALICE y se integra al equipo ganador del Breakthrough 2025
Rafael Ángel Narcio Laveaga, estudiante del Doctorado en Ciencias de la Ingeniería del Instituto Tecnológico de Culiacán (ITC), ha hecho historia al convertirse en el primer mexicano en desempeñarse como Run Manager del experimento ALICE en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN, en Suiza, el laboratorio de física más grande y prestigioso del planeta.
Durante su quinta estancia en el CERN, Narcio Laveaga asumió responsabilidades importantes: coordinó la toma de datos, supervisó la operación de detectores y lideró equipos en la sala de control.
Su labor no solo consolidó su liderazgo en el ámbito de la física de altas energías, sino que también lo integró a un grupo galardonado con el Premio Breakthrough 2025, uno de los reconocimientos más importantes en la ciencia contemporánea.
Entre libros, retos y sueños: así comenzó el camino hacia el CERN de Narcio
Rafael Ángel compartió para Tus Buenas Noticias que su amor por la ciencia surgió desde niño, mientras veía documentales y leía sobre satélites, dinosaurios, aviones y la evolución de la vida y la tecnología.
“Me fascinaba cómo la vida evolucionó desde organismos unicelulares hasta los humanos y las especies que conocemos hoy”, relató. Inspirado por figuras como Steve Irwin, Jeff Corwin, Austin Stevens y Jane Goodall, su curiosidad se expandió hacia la biología, la física y la tecnología.
Durante la primaria y la secundaria, Narcio Laveaga, combinó su pasión por la lectura y el aprendizaje con el desarrollo de habilidades sociales, enfrentando retos como el acoso escolar y el aislamiento.
Su resiliencia se reflejó en logros académicos tempranos: obtuvo una puntuación perfecta en un examen de más de 300 preguntas y aprendió inglés, pasando de reprobarlo al inicio de secundaria a convertirse en uno de los mejores de su curso avanzado en preparatoria.
El joven originario de Mazatlán, Sinaloa, también descubrió su amor por la programación, la robótica y las matemáticas, guiado por su padre Rubén Narcio Salgado, y por su propio empeño en entender el funcionamiento de la mecánica, la electrónica y los sistemas complejos.
Rafael Ángel, compartió que en preparatoria se integró a talleres de radio y escribió guiones, experiencias que le permitieron fortalecer sus habilidades de comunicación y trabajo en equipo, competencias que más adelante serían fundamentales durante sus estancias internacionales en los laboratorios más importantes del mundo.
De aulas sinaloenses a las cavernas de ALICE: la historia de un joven que nunca dejó de creer
Sus primeros pasos hacia el CERN marcaron su destino. Eligió la carrera de Mecatrónica en la Universidad Politécnica de Sinaloa, combinando física, mecánica y programación, e inspirándose en la trayectoria de sus padres.
Paralelamente, comenzó a aprender alemán y participó en proyectos extracurriculares, desde robots seguidores de línea hasta sistemas de medición de estrés en plantas, sentando las bases de su futuro científico.
Su primer acercamiento con la física de partículas ocurrió durante un curso de detectores de radiación en la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas (FCFM) de la UAS, impartido por los doctores Ildefonso León Monzón y Carlos Duarte Galván. Fue allí donde surgió la oportunidad de realizar una estancia en CERN, cerca de Ginebra, Suiza.
La emoción de bajar a la caverna de ALICE, ver los detectores y comprender el poder computacional necesario para sus estudios, consolidó su vocación y lo llevó a continuar su formación con la maestría en Física en la FCFM-UAS.
Durante su posgrado, Rafael Ángel se enfrentó al desafío de adentrarse de lleno en la física avanzada, descubriendo nuevas perspectivas sobre conceptos que previamente conocía solo de manera superficial.
Su segunda estancia en CERN le permitió guiar a estudiantes de licenciatura, presentar ante colaboradores internacionales y fortalecer su dominio del inglés y la comunicación científica.
Al mismo tiempo, inició a explorar la divulgación científica, fundando en Culiacán Café con Ciencia para acercar la ciencia al público de forma dinámica. Inspirado por “Pisteando con Ciencia” en Mazatlán, combinó este proyecto con su crecimiento personal: perdió más de 20 kilos, asistió a terapia psicológica y fortaleció su oratoria participando en Martes de Poesía, proyecto liderado por Judith Cárdenas.
El joven sinaloense confesó que el descubrimiento de su condición de autismo le permitió comprender mejor sus diferencias, transformar su perspectiva y fortalecer su capacidad de adaptación, aspectos que serían esenciales para sus siguientes etapas en la ciencia internacional.
Rafael inició su doctorado en 2022, tras la pandemia. La emergencia sanitaria había retrasado el comienzo de sus estudios y, al coincidir con las restricciones globales, también pospuso sus estancias internacionales, obligándolo a continuar su formación desde México.
Su proyecto sobre materiales para detectores de radiación lo llevó nuevamente al CERN, donde, durante su tercera, cuarta y quinta estancia, adquirió experiencia en operación de detectores, calibración, análisis de datos y liderazgo de guardias en la sala de control.
Durante su quinta estancia, Narcio Laveaga asumió el histórico rol de Run Manager, coordinando operadores, organizando reuniones y supervisando la toma de datos del experimento ALICE. Su desempeño sobresaliente lo convirtió en el primer mexicano en ocupar esta importante posición.
Esta hazaña abre el camino para que más científicos mexicanos accedan a roles de liderazgo en los laboratorios más avanzados del planeta, demostrando que el talento nacional puede brillar a nivel global.
Además, Rafael Ángel realizó estudios en la Universidad Técnica Checa en Praga, trabajando con el sistema láser del detector FDD y evaluando materiales desarrollados en Sinaloa, aportando directamente a su proyecto de doctorado y al avance tecnológico de futuros detectores.
Detrás del científico, una red de amor y guía: los agradecimientos de Rafael Narcio
Narcio Laveaga expresa un profundo agradecimiento a su familia por su apoyo incondicional y por ser una parte esencial en su formación y desarrollo personal; también a sus amigos, quienes han sido un pilar en cada etapa y a quienes lleva siempre consigo.
Extiende su reconocimiento a sus asesores y a todas las personas de quienes ha aprendido, como el Dr. Ildefonso León Monzón, quien le brindó la oportunidad de ir a CERN y fue uno de sus directores de tesis de maestría, así como al Dr. Juan Carlos Cabanillas Noris, su director de tesis de doctorado.
También hace extensivo su reconocimiento al Dr. Carlos Duarte Galván, director de su tesis de maestría; al Dr. Gerardo Herrera Corral por su apoyo; al Dr. Manuel Alejandro Lugo Villeda, de quien adquirió valiosos conocimientos en proyectos extracurriculares; al Dr. Arturo Fernández Jaramillo, por invitarlo al curso de detectores de radiación; y al Dr. Solangel Rojas Torres, por su amistad, compañerismo y guía constante.
De igual manera, expresa su gratitud al TecNM–ITC y a la UAS por el apoyo otorgado durante sus estancias de doctorado, a SECIHTI (antes CONAHCYT y previamente CONACYT) por las becas de posgrado, y a CONFIE por el respaldo económico brindado. Finalmente, dedica un especial recuerdo en memoria de Angie.
El llamado de un joven científico: despertar la curiosidad científica para construir una mejor sociedad
El investigador sinaloense resaltó la importancia de acercar a los niños y jóvenes a la ciencia desde temprana edad, fomentando la curiosidad y el pensamiento crítico.
“Es fundamental acercar a las niñas y los niños a la ciencia desde temprana edad, a través de actividades dinámicas, divertidas y accesibles, pues es en esa etapa cuando la curiosidad está más despierta y pueden sembrarse intereses que perduren a lo largo de su vida. En Sinaloa somos personas resilientes, luchadoras y con gran capacidad; hay talento, solo necesitamos impulsarlo para construir una mejor sociedad”, expresó el joven originario de la Perla del Pacífico.
Rafael Ángel se encuentra en su último año de doctorado y ya visualiza el camino que seguirá una vez concluida esta etapa. Sus planes contemplan realizar un postdoctorado y, posiblemente antes de ello, impartir clases durante un semestre en Sinaloa. Posteriormente, espera obtener un contrato en alguna universidad o centro de investigación.
“Me gusta dar clases y compartir conocimientos, y espero poder dedicarme a ello con un contrato o una posición que me permita tener estabilidad económica y vivir cómodamente”, expresó.
Cada sacrificio, cada hora de estudio y cada proyecto liderado por Rafael Ángel Narcio Laveaga son testimonio de que la grandeza nace del esfuerzo, la pasión y la resiliencia. Su trayectoria brilla como una luz que guía a quienes sueñan en grande, demostrando que creer en uno mismo y en la ciencia no solo derriba límites, sino que también abre caminos que inspirarán y empoderarán a quienes seguirán construyendo un mundo mejor.