Su debut en el fútbol profesional a los 15 años, un sueño hecho realidad
Por: Eunice Arredondo
A sus 15 años de edad Bethzabeth Barrón ha logrado uno de sus más grandes sueños, ser jugadora profesional de futbol.
El pasado 30 de septiembre debutó con el equipo femenil del Mazatlán FC en primera división, en un partido de la Liga MX contra Chivas, en la casa de las cañoneras, el estadio El Encanto.
La joven mazatleca, vecina de Pradera Dorada, comenzó a jugar desde los 7 años de edad, el deporte le llamó la atención porque al ver a los niños jugar era evidente que se divertían mucho.
“Los vi divirtiéndose mucho en el momento en el que corrían por lo balones, al jugar tuve esa sensación de ´aquí estoy divirtiéndome´, siempre me divierto jugando al fútbol y creo que eso nunca se me ha ido, eso fue lo primero que sentí”, asegura.
Aunque en la familia de Bethza, como la llaman cariñosamente, son aficionados al fútbol no tiene antecedentes de jugadores profesionales en la familia, de hecho, sus hermanos uno mayor y otro menor no practican este deporte.
Bethzabeth recuerda que un día sus primas la invitaron al parque y ahí vio a un grupo de niños entrenado “jugando una cascarita” y sin más, empezó a entrenar con ellos.
“Estaba entrenando un equipo ahí en el parque, yo me acerqué y empecé a entrenar con ellos, de ahí me nació el gusto, tiempo después mis papás me inscribieron a una escuelita formal”, recuerda.
Desde ese momento Bethza no dejó de entrenar y de jugar, sus papás al ver su ganas y aptitudes la llevaron a una escuela de fútbol cerca de su casa, llamada Pachuca Pradera, luego cambió a Xolos Mazatlán donde jugó 4 años y finalmente llegó a la escuela filial de Pachuca Mazatlán.
Desde el parque hasta el estadio: el camino de una futbolista dedicada
A sus siete años la pequeña se integró al equipo de su categoría y empezó a jugar en las ligas municipales, en un equipo mixto en el que regularmente era la única niña del conjunto.
“Yo siempre jugué con niños, a veces me subían a otras categorías mayores, pero siempre contra niños, hasta los 13 años empecé a jugar en equipos y ligas femeniles”, señala.
Bethza asegura que nunca sintió una diferencia entre ella y los demás niños del equipo, aunque era la única mujer siempre fue un miembro más del conjunto y sintió el apoyo de sus compañeros y profesores.
El talento de Bethza se notó desde el principio, primero como delantera y luego en otras posiciones en el campo que sus profesores le asignaron para mejorar el desempeño de los equipos.
“Cuando comencé era delantera, luego el profe Mode me puso de contención desde ahí empecé en esa posición, aquí en el Mazatlán de repente me ponían en la central o en la contención o de diez, actualmente juego la central o la contención”, explica con entusiasmo.
Gracias a su esfuerzo y talento, la futbolista fue llamada participar en la selección femenil de Mazatlán, participó en torneos estatales y tres nacionales, en los que fue ganando confianza y experiencia que la prepararon para lo que sería la más grande oportunidad en el futbol.
También fue llamada a campamentos que organiza la dirección de selecciones nacionales dentro de la rama femenil para participar en la Súper Copa en busca de un lugar en algún club profesional.
El apoyo familiar: la clave en su desarrollo y éxito
El apoyo de sus papás ha sido clave en el desarrollo futbolístico de Bethzaeth. Su mamá es quien mayormente la acompaña en sus compromisos, pero su papá está siempre pendiente de su actividad.
“Mi papá es el que más sabe de fútbol, siempre me aconseja y creo que lo que más me gusta de él es la sinceridad que tiene conmigo el decir fallaste en esto, pero también puedes mejorarlo, creo que eso me ha ayudado mucho de mi papá, no es exigente, pero me hace ver las cosas para mejorar”, dice.
Un buen día en 2024, la mamá de Bethza, Daniela, vio una publicación en redes sociales donde el equipo de futbol Mazatlán FC anunciaba visorías para las jugadoras interesadas en entrar a sus filas en la categoría sub-19, Bethzabeth tenía en ese entonces apenas 14 años.
Sin pensarlo mucho y con la emoción de vivir la experiencia de entrenar con el equipo de las cañoneras Bethza decidió asistir a la vosiría donde las aspirantes tenían que presentarse en el estadio El Encanto, ubicado en Pradera Dorada, muy cerca de la casa de la familia Barrón.
Fueron tres filtros, el primero donde jugaban todas las aspirantes, el segundo ya con un grupo menor y el tercero donde las jugadoras que habían pasado los dos primeros filtros entrenaban con el equipo sub-19 del Mazatlán FC.
“Nunca imaginé que iba a quedar en el equipo, hice la visoria más por venir a entrenar, por ver qué puedo aportar al equipo. No estaba nerviosa, no sentía tanta presión porque yo tenía 14 años, no tenía tanta prisa porque la visoria para un equipo sub-19, pero si me emocionaba saber que podía llegar a la Liga MX”, platica feliz.
La joven recuerda que al entrenar con las chicas 5 años mayores que ella se veía la diferencia de altura, el físico y la mentalidad de las jugadoras que ya estaban dentro del equipo, pero su capacidad de disfrutar el momento le permitió hacer su juego en esa visoría, en la que “le llenó el ojo” a los visores y la aceptaron en el equipo.
Bethza firmó contrato con el Mazatlán FC casi de inmediato, en junio del 2024 se integró a las filas de las cañoneras e inició su camino hacia el profesionalismo.
“Empecé con la sub-19 durante la primera temporada no me daban tanto juego, creo que es normal más por mi edad, en la segunda como que empecé a tener más minutos más confianza y fue en la tercera temporada en la que ya no solté la titularidad, siempre seguí intentando, eso me ayudó a mantenerme en la sub 19 y llegar a primera división”, asegura.
Debut en la Liga MX, emoción y compromiso con su equipo
A un año tres meses de pertenecer al equipo, Bethza se ganó la confianza del Club y debutó en primera división, el pasado 30 de septiembre.
Ese día su familia asistió al estadio y como de costumbre la apoyaron con orgullo y emoción, al salir al campo en su primer partido de la Liga MX, Bethza estaba nerviosa, pero el apoyo de su equipo fue importante para dar ese primer paso en su carrera como futbolista profesional.
“Al principio me sentí muy nerviosa andaba volteando para todos lados y no sabía por dónde salir, creo que me ayudaron mucho mis compañeras, me dieron el apoyo, y la profa me dijo que no pasaba nada que hiciera mi juego y simplemente disfrutara mi debut”, dice orgullosa.
Cuando terminó el juego Bethzabeth se acercó a las gradas a saludar a su familia, ver la emoción de sus papás y su tío le dio a la joven una gran satisfacción y ahí comprendió la importancia del apoyo que siempre ha tenido de los suyos.
“Estaban todos muy emocionadas, mi papá súper emocionado se quería bajar a cancha a abrazarme, también estaban mi mamá y mi tío, creo que eso me dio un sentimiento de felicidad de saber que mi familia siempre ha estado aquí conmigo”, dice emocionada.
Más allá del fútbol: la importancia de la educación en su futuro
A su corta edad Bethza sabe bien lo que quiere para su fututo, tanto en el ámbito profesional como en su vida personal y así lo dice al hablar del futbol.
“Mi objetivo es mantenerme en primera, ser convocada para empezar a tener más experiencia, darme cuenta de mi juego y lo que puedo hacer, si ya no llegaran a convocarme nunca darme para abajo y mantenerme en el primer equipo y si no se puede igual siempre voy a seguir ahí, este torneo lo estoy agarrando mucho para absorber toda la experiencia que me pueden dar mis compañeras, mi equipo, el juego para poder en un futuro ser titular o ser una seleccionada mexicana”, explica convencida.
Pero al hablar de sus objetivos más allá del campo, Bethzabeth sabe que debe prepararse para la vida. Entre los objetivos claros que tiene la joven es terminar la preparatoria y luego hacer una carrera universitaria.
“Primero están los estudios siempre me he puesto en mi cabeza que tengo que tener una carrera y un trabajo estable, el fútbol me puede dar mucho pero no me va a durar toda la vida, es lo que me ha dicho mis padres y lo veo totalmente cierto por eso siempre tengo en mente mi carrera, me gustaría estudiar ciencias de la comunicación”, dice.
A sus 15 años, Bethzabeth Barrón ha demostrado que los sueños sí se pueden alcanzar con esfuerzo y pasión.
Su debut en la Liga MX no solo marca un hito en su carrera, sino también un ejemplo inspirador para las futuras generaciones de futbolistas.
Con el apoyo incondicional de su familia y su determinación por seguir creciendo, Bethza se prepara para enfrentar nuevos desafíos, sin olvidar la importancia de la educación en su vida.
Su historia nos recuerda que, con dedicación y propósito, es posible transformar sueños en realidades.