Pescadería Román: el orgullo de un legado que trasciende generaciones en Mazatlán

Juan Antonio Tirado aprendió de su padre valores como la responsabilidad y el esfuerzo que hasta hoy lo acompañan en su negocio

Por: Eunice Arredondo

Con más de 40 años desde que abrió sus puertas en el Mercado Flores Magón como “Pescadería Don Rafa” hoy la Pescadería Román es uno de los negocios ancla de este centro de abasto en Mazatlán.

Al ser uno de los comercios fundadores del mercado, la pescadería ha transitado por una serie de transformaciones, desde su ubicación inicial hasta el local que ocupa actualmente en el último pasillo del lugar.

Con una presentación llamativa e iluminada la Pescadería Román invita a acercarse y comprar mariscos y pescados frescos para llevar a casa y disfrutarlos a la hora de la comida.

Compromiso y pasión: la vida de Juan Antonio en la pescadería

Su propietario Juan Antonio Tirado, cuenta cómo su papá Don Rafa inició con el negocio justo cuando el mercado Flores Magón inició en la década de los 80’s.

“Mi papá fue uno de los fundadores del mercado, en la esquina en la parte del estacionamiento era el mercado y luego acondicionaron aquí donde estamos para trabajar a gusto, tiene algunos 43 años el negocio”, platica.

Juan Antonio fue el único de los hijos de Don Rafael Tirado Robles que siguió los pasos de su papá, desde muy chico le gustó el negocio de la pescadería y aunque el giro exigía un esfuerzo especial de un adolescente él se comprometió con el legado familiar.

“Él me enseñó a trabajar, mi papá nos inclinó a que nos gustara el comercio gracias a él aquí estamos, yo de lleno me dediqué a la pescadería a mí sí me gustó”, dice con orgullo.

A sus 47 años Juan Antonio lleva prácticamente toda su vida trabajando en la pescadería. Recuerda que desde los 11 años su papá lo empezó a dejar encargado del negocio y confiaba en su capacidad, aunque era prácticamente un niño.

“Yo estudiaba en la tarde, mi papá me levantaba a las cinco de la mañana y nos veníamos los dos juntos, aquí vivimos siempre cerca del mercado, desde los 11 años me dejaba encargado y a lo que yo vendiera si vendía bien y si no ni modo, me decía tienes que aprender y aquí me quedé y aprendí de él”, dice.

Estar en la pescadería y tener la confianza de su padre le dio a Juan la seguridad de saber que podía hacerse cargo del emprendimiento familiar y así fue. Aunque solo terminó la primaria, él considera su trabajo una profesión y pone en ella su mayor esfuerzo.

“Mi papá era bueno para trabajar y era listo, fue lo que me enseñó y lo que me inculcó, gracias a Dios y a él aquí estoy, bendito Dios nos ha ido bien, esto yo lo veo como una carrera, una profesión”, asegura al recordar a su papá.

Herencia familiar: responsabilidad y esfuerzo

A sus 20 años Juan se casó y formó su propia familia, en ese momento su papá decidió retirarse y dejarle la pescadería para que la trabajara.

A los 22 años Juan y su esposa tuvieron a Román, su primer hijo, y decidieron ponerle el mismo nombre a la pescadería.

Actualmente su hijo mayor, Román, trabaja en la pescadería y Juan confía en que seguirá con el legado del negocio familiar.

“También le gusta, esta es una herencia y depende de la capacidad de cada quien es que se hace funcionar el negocio, yo creo que, así como estoy enseñando a mi hijo él tiene que enseñar a sus hijos, valorar y aprender que esto es de esfuerzo e iniciativa”, asegura.

En la pescadería Román los clientes del mercado Flores Magón encuentran camarón, pescado para freír y para ceviche, filete de tilapia, curvina, cazón, pez espada y el producto puede variar por temporada.

El negocio se surte de proveedores de Mazatlán y sus alrededores, aunque en la temporada de lluvias el pescado puede escasear por el mal tiempo, de noviembre a mayo esperan su mejor temporada.

Fidelidad de los clientes, un vínculo que perdura

Juan Antonio asegura que los clientes de la Flores Magón son fieles y apoyan el negocio pues hay quienes lo conocen desde los once años cuando empezaba a hacerse cargo de la pescadería.

“Si hay personas que me vieron chiquillo y aún viven, cuando vienen se acuerdan y ahora ya ven aquí a mi hijo grande, son bonitos recuerdos y pasa el tiempo rapidito, se les agradece a los clientes que nos apoyan y están con nosotros”, asegura.

Convencido de que su negocio es una bendición heredada de su padre, Juan aprendió bien los valores principales para seguir con éxito el ejemplo de Don Rafa: la responsabilidad y el compromiso.

“Lo más complicado es ser responsable, pero hay que tener metas y ser comprometido con uno mismo y con el cliente porque ellos trabajan diario con lo que yo les vendo, como los cevicheros o los restauranteros, ellos confían en mí y yo tengo una responsabilidad con ellos, hay que ser constante y tener palabra” señala.

En el mercado Flores Magón, la Pescadería Román se erige como un testimonio del esfuerzo y la dedicación familiar que trasciende generaciones en Mazatlán.

Juan Antonio Tirado, a través de su compromiso con el legado de su padre, no solo mantiene viva la tradición de la pescadería, sino que también establece vínculos duraderos con sus clientes, quienes han sido testigos del crecimiento del negocio a lo largo de los años.

La pasión por su trabajo y los valores inculcados por Don Rafa son el corazón de esta historia, y con la nueva generación representada por su hijo y su nieto Román, la pescadería está lista para seguir siendo un pilar del Mercado Flores Magón.

El trabajo de la familia Tirado es un ejemplo y nos recuerda que la perseverancia, el trabajo honesto, y el amor por lo que hacemos pueden construir un futuro lleno de oportunidades.