Lo que empezó como pulseras hechas en la preparatoria, hoy es una marca que participa en bazares locales.
Andrea Michel López Carrasco, hija de Andrea Carrasco y Luis Alfonso López, es una joven de 23 años que decidió transformar la creatividad en una forma de vida.
Desde la preparatoria, lo que nació como un gusto personal por hacer pulseras de hilo fue tomando forma gracias al interés de sus compañeros, quienes comenzaron a pedirle sus diseños. Sin imaginarlo, estaba dando los primeros pasos de lo que después se convertiría en Solecito, su marca personal.
Un emprendimiento formal
Hace cuatro años, cuando ingresó a la universidad para estudiar la Licenciatura en Informática, Andrea decidió dar un paso más serio hacia el emprendimiento.
Con el apoyo incondicional de su novio Ángel, quien le ayudó a abrir sus páginas en redes sociales y a trabajar en diseños más detallados, el proyecto comenzó a crecer.
La venta ya no solo era entre conocidos: ahora Andrea exponía en bazares locales, con la ilusión de que Solecito llegara a más personas.
Su participación en una expo la motivó a seguir creciendo
Uno de los momentos que marcaron su camino fue hace dos años, durante la Expo Mujer en la plazuela de Navolato.
“Ese primer año yo solo veía cómo otras chicas vendían sus productos y pensé: el próximo yo tengo que estar aquí. Y así fue”, recuerda con entusiasmo y lo comparte para Tus Buenas Noticias.
La experiencia no solo le permitió mostrar su trabajo, sino también sentir la fuerza de una red de emprendedoras que, como ella, buscaban salir adelante con lo que sabían hacer.
Hoy, Solecito representa más que pulseras o accesorios. Es el reflejo de la constancia de Andrea, de su capacidad para aprender y reinventarse, y de la importancia del apoyo familiar y comunitario.
Con dos hermanos menores, Luis Claudio y Ailén Fabiola, ella se ha convertido en un ejemplo de cómo los sueños sí pueden tomar forma si se trabaja en ellos día a día. Solecito no deja de brillar.