Altata pinta su historia en un mural: de la pesca tradicional a la construcción de paz

En las bardas de la primaria Carlos García Rivera quedó plasmada la memoria viva del puerto de Altata.

Por: Jacqueline Sánchez Osuna

En Altata, las paredes también hablan. Y esta vez lo hicieron con fuerza, con memoria y con esperanza.

A un costado de la carretera Navolato-Altata, en la escuela primaria Carlos García Rivera, acaba de nacer un mural que no solo embellece el entorno, sino que rescata una historia que por mucho tiempo quedó silenciada:

La lucha de las mujeres en el mar, la cultura de la pesca responsable y la voz de una comunidad que no quiere olvidar de dónde viene.

Una obra comunitaria

La obra fue creada por el artista urbano "2 de buches".

La obra fue creada por el artista urbano “2 de Buche”, pero no lo hizo solo. Niñas y niños de la primaria, maestras, vecinos del puerto y las integrantes de la cooperativa Almejeras de Santa Cruz colaboraron con ideas, trazos y sobre todo, con recuerdos.

“Los murales ayudan a construir turismo y paz”, dijo la maestra Silvia Villalobos, de Desarrollo Humano de Navolato. Pero para quienes lo vivieron de cerca, este mural es una forma de contar la verdad desde adentro.

Hace años, Altata era sinónimo de abundancia, con sus 30 toneladas diarias de almeja chocolata, capturada con métodos tradicionales, en un mar generoso. Pero la sobrepesca y la falta de control acabaron con esa bonanza.

Resaltando la pesca sustentable

La obra es un ejemplo de la vida en Altata.

Ahora, desde la pintura, se promueve una nueva visión: la pesca sustentable, la equidad de género y el rescate de técnicas como la pesca con suripera, esa que aprovecha los vientos y las corrientes sin dañar el ecosistema.

“Las mujeres siempre hemos trabajado en el mar, pero no se nos ve. Por eso era importante incluirnos en el mural”, dijo Yanett Miranda, fundadora de Almejeras Santa Cruz.

“Estamos fuera y dentro del mar trabajando para que millones sigan teniendo comida”.

La forma de vivir del mar sin agotarlo

La develación del mural se realizó por parte de los alumnos de la primaria.

Para ella y su cooperativa, fomentar la pesca responsable es cuidar la vida del puerto, y es también sembrar una visión en los más pequeños: que se puede vivir del mar sin agotarlo.

Cada pincelada en este mural fue pensada junto con los niños y niñas de la escuela. Ellos escucharon historias, conocieron a las pescadoras, aprendieron del arte y de su propia historia local. Así se sembró algo más profundo que el color: se sembró identidad.

“Es algo que nació desde dentro de la escuela. Son las nuevas generaciones de altateños las que están diciendo: sí se puede construir paz desde el arte y la memoria”, explicó Iván Velázquez, de Suma Sociedad Unida.

Este ya es el sexto mural en Altata: dos en el Muelle 33, otros dos en la entrada del malecón, uno en la Secundaria Técnica 52 y ahora este, que se levanta firme en la escuela primaria como una barda que educa, recuerda y transforma.