Existe la creencia popular de que el Día de San Juan está relacionado con las lluvias, pero ¿cuál es el origen de esto?
Por: Raúl Durán
Cada 24 de junio se celebra en México y muchos países el Día de San Juan, una fecha dedicada a San Juan Bautista, una de las figuras más importantes de la Iglesia Católica. Pero además de su significado religioso, esta fecha es conocida por la creencia popular de que "el Día de San Juan siempre llueve". ¿Qué hay detrás de esta idea?
¿Quién fue San Juan Bautista?
San Juan Bautista es una figura fundamental en la fe cristiana. Fue el primo de Jesús, hijo de Santa Isabel, y es considerado el último profeta antes de la llegada de Cristo. Se le conoce por haber bautizado a muchos fieles en el río Jordán, como símbolo de purificación y arrepentimiento.
Según la tradición católica, San Juan fue el encargado de preparar el camino para la llegada del Mesías, por lo que su figura es muy importante en el calendario litúrgico.
¿Cuándo se celebra el Día de San Juan?
La fecha en que se celebra el Día de San Juan es el 24 de junio, la cual coincide con su nacimiento. No sólo es una fiesta religiosa, sino también una fecha que ha conservado elementos de las antiguas celebraciones prehispánicas.
Durante la época colonial, las festividades dedicadas a San Juan coincidieron con antiguos rituales prehispánicos relacionados con Tláloc, el dios de la lluvia. Estas ceremonias eran realizadas para pedir buenas lluvias para los cultivos, especialmente en los meses de verano.
Esta coincidencia de fechas favoreció una suerte de mezcla entre lo católico y lo indígena, un fenómeno que también se refleja en otras tradiciones, como el culto a la Virgen de Guadalupe. Así, la figura de San Juan comenzó a asociarse con la llegada de las lluvias.
¿Y por qué llueve en el Día de San Juan?
Más allá de lo espiritual, lo cierto es que también hay una razón climática: en gran parte del país, el 24 de junio marca el inicio de la temporada de lluvias. Por eso, no es raro que ese día o días cercanos se presenten tormentas o chubascos. Esta coincidencia con la festividad reforzó la creencia popular de que San Juan "trae el agua".
Hoy en día, muchas comunidades aún celebran el Día de San Juan con misas, procesiones, rituales en ríos o arroyos, e incluso ceremonias para atraer la lluvia. Aunque no siempre llueva, el simbolismo permanece: San Juan es, para muchos, el santo que bendice la tierra con agua.