2021-10-12

También en la Empresa Familiar: ¡Papelito habla!

Lo que queremos es convencerte de que la formalidad no riñe con la confianza; es más, abona a la confianza.

La confianza es un arma de doble filo: por un lado facilita la marcha de la empresa, desburocratiza su operación; y por el otro lado abona a la opacidad e incuba conflictos.

Prescindir de recibos firmados, informes por escrito, minutas de acuerdos, actas, y de cualquier documento que después sirva para constancia o recordatorio, supuestamente en aras de la confianza, propicia conflictos y, a la larga -o a corto plazo-, se revierte en desconfianza.

Con frecuencia aparece un hermano que nos sale con que “yo no me acuerdo”; o el primo que alega “yo lo entendí de otra manera”; y no necesariamente de mala fe o con ánimo de eludir una responsabilidad u obligación.

Tener constancia por escrito no debe ser una tarea agobiante o entorpecedora; hay fundamentalmente 3 tipos de documentos con distinto grado de objetivo y complejidad:

  1. Los documentos contables y fiscales, como son los recibos de dinero, comprobantes de pago, constancias de percepciones, etc. Estos, tu departamento de contabilidad los elabora;
  2. Luego están las actas de consejo, asambleas y pactos intersocios, que en la notaria saben como hacerlos; no necesariamente los tendrás que redactar tu;
  3. Y finalmente, los informes, avisos, constancias, etc., que tu sentido común te dictará que son útiles y que no requieren de una redacción muy exigente.

Lo que queremos es convencerte de que la formalidad no riñe con la confianza; es más, abona a la confianza.

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Contacto: Díaz Salazar y Asociados S.C.

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