El nepotismo en la Empresa Familiar
El nepotismo lastima, en ocasiones de muerte, la meritocracia; y manda un mensaje desalentador del resto de la planta laboral no familiar.
El nepotismo es hijo del chovinismo, ya comentado en este programa.
Una percepción subjetiva de las virtudes de nuestra familia, exagerando imprudentemente las capacidades de los hijos o hermanos, induce a la preferencia para designar en cargos claves de la empresa a familiares no idóneos -o hasta perjudiciales- para ese cargo.
Pero al nepotismo en la empresa familiar se llega también, y con mucha frecuencia, por presión de la familia. El hermano que fracasó en su proyecto independiente, el hijo que se quedó desempleado, el yerno “nini” del que tu hija está enamorada; o sencillamente porque los quieres tener a todos en la empresa (y para eso hiciste la empresa), son justificaciones -frágiles- para incorporar a familiares en la empresa.
La preferencia a los familiares para cargos claves en la empresa, no está mal en sí. El problema es cuando de manera injustificada, y en ocasiones contra la lógica empresarial, los puestos se asignan en razón del apellido, al margen de los méritos laborales, profesionales y académicos.
El nepotismo lastima, en ocasiones de muerte, la meritocracia; y manda un mensaje desalentador del resto de la planta laboral no familiar. Cuando el nepotismo es muy evidente, es difícil retener talentos no familiares en la empresa.
Yo sé que un hijo es un hijo; pero igualmente estoy seguro que un hijo, por el solo hecho de ser tu hijo, no necesariamente es el mejor gerente que ahora necesitas.
Lo interesante es que se pueden conciliar el apoyo a la familia con la profesionalización de la planta laboral en tu empresa. Existen fórmulas y protocolos probados para lograrlo.
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