El Cayuco, la Atarraya y la Veda del Camarón
Una idea para colaborar, entre otras, podría ser visitar de plan turistas algunas de estas comunidades para indagar el potencial turístico de la mismas.
Columna: Reflexiones de un aspirante a buen vecino. Por Miguel Calderón.
A propósito de la veda del camarón. A través de las anécdotas de un par de hermanos de mi abuela, que hoy rondan por los setenta años, me he enterado de unas fascinantes historias en torno a la actividad que marcó sus vidas: la pesca en la Bahía de Altata, desde una pequeña comunidad costera de nombre Las Aguamitas.
Narran que tenían embarcaciones que ellos mismos hacían y que se impulsaban solamente a remo. El cayuco, la atarraya y los canastos eran parte de su equipamiento básico. “Rebosaban los camarones en cada lance” coinciden en sus pláticas recordando pescas de las décadas de los sesentas, setentas y ochentas.
Observa: Primer día de pesca de camarón en Altata, zafra de añoranzas
Este recuerdo viene al caso por el anuncio que recientemente acaba de hacer la máxima autoridad en la materia sobre la veda del camarón oficial, que estará vigente del próximo lunes 15 de marzo de 2021, y hasta nuevo aviso.
Dice la página web oficial del Gobierno Federal en su área de desarrollo rural que las vedas “son los periodos en que se prohíbe la captura de las especies para evitar la depredación de los recursos naturales y permitir su reproducción y subsistencia”.
Mis tíos abuelos dicen que el pedazo de mar y el número de camarones sigue siendo el mismo que en sus épocas de juventud. Sostienen que lo único que ha cambiado es el número de pescadores: “ese sí ha subido significativamente”, confirman.
El año pasado en 2020 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y el Desarrollo (FAO) hizo pública la edición El Estado Mundial de la Pesca. Ahí se revelan interesantes datos y conclusiones. Por ejemplo, el consumo per cápita de productos del mar se ha duplicado en los últimos 50 años y el estado de recuperación de las pesquerías ha ido mejorando con medidas como las vedas y las cuotas de capturas.
Las nuevas generaciones de pescadores tienen claro esto en Las Aguamitas. Sí no cuidan el ecosistema en donde se reproducen las especies marinas y sí se permite la sobre explotación, la época de oro de la que hablan los abuelos en estas comunidades pesqueras nunca regresará.
¿Qué tan alejados de esta situación estamos nosotros como vecinos de Culiacán de esta realidad y qué tanto podemos contribuir a su mejora?.
Debido a que los pescadores no pueden pescar (al menos camarón), al iniciarse la veda del camarón, durante 6 meses consecutivos a partir de marzo, muchos de ellos buscan alternativas de ingreso con la infraestructura que ya poseen.
Una idea para colaborar, entre otras, podría ser visitar de plan turistas algunas de estas comunidades para indagar el potencial turístico de la mismas. Otra idea es contaminar menos en nuestra Ciudad debido a que muchos de nuestros deshechos terminan vertiéndose en el mar a través de nuestros ríos, arroyos y canales.