2019-01-10

Una bendición a la vuelta de la esquina. Reflexión.

"Tenemos que transitar por esa calle empedrada para poder reforzar nuestra fe y salir, si no victoriosos, con un aprendizaje." Siempre es buen momento para hacer una pausa y reflexionar, agradecer y darte cuenta de las bendiciones que recibes todos los días.

La vida incluye muchos retos difíciles de aceptar, aprovecha este espacio de reflexión, pensamientos y textos dedicados para ti, como una invitación a ver la vida de una perspectiva positiva.

Kirey nos dice:

Listo para la reflexión "Una bendición a la vuelta de la esquina"

Es muy difícil aceptar que nuestra vida requiere de muchas etapas y vivencias para poder sacar una enseñanza y aprender a hacer las cosas de otra manera.

Día a día, durante semanas, meses, incluso años deseamos fervientemente que las cosas cambien, más aún cuando últimamente no fluyen muy bien: dificultades financieras, falta de comunicación entre la familia, carencia de un trabajo estable, incluso hasta complicaciones de salud.

Somos presa fácil de la desesperanza que nos lleva a la depresión, esa que paraliza y no permite avanzar. Tal vez tú o yo ya hemos estado en ahí, por eso sabemos que necesariamente tenemos que transitar por esa calle empedrada para poder reforzar nuestra fe y salir, si no victoriosos, con un aprendizaje.

Seguramente recuerdas la complicación, la desesperación y la tristeza, pero también podrás reconocer que a la distancia, ese evento o esa experiencia te ha dejado algo muy valioso, no lo ves en ese instante, pero si eres sincero contigo mismo, habrás detectado la sabiduría de la vida, aún en situaciones dolorosas, podrás palpar a flor de piel, la nueva persona que ahora eres.

Un ser humano más maduro, más experimentado, más razonable y sobre todo más humilde. Y a ese punto quería llegar, porque después de tanto y tanto, como dice la canción, podemos ver las bendiciones más claramente, sí… en lo sencillo y sutil.

Lo simple se vuelve muy preciado y las banalidades se convierten en eso, banalidades. Dejamos de pretender y disfrutamos el ser. Y a muchos, es ese punto específicamente, nos sucede lo impensable: cambios positivos al por mayor.

¿Será que teníamos que pasar por todo esto para renovarnos y aprender? Yo creo que sí. Y aunque la vida es una carrera de obstáculos y pruebas, la mayoría de nosotros podemos alcanzar a ver esos pequeños milagros que nos hacen sentir esperanza y paz,

Se requiere de mucho temple, mucha garra, como dicen, para poder contarlo… y deseo, de todo corazón que tú seas uno de ellos. De los que aguantaron, los que no perdieron la fe, los que aún con llanto siguieron creyendo en que saldrían avante.

Cada uno contará su historia de distinta manera, pero en lo que creo, coincidimos todos, es en ese pegamento indispensable para poder pasar el gran desafío: una familia fortalecida en valores llena de comprensión y amor, tolerancia y paciencia para poder ver, en su momento, el milagro que está por venir.

Una frase para finalizar la reflexión:

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