2018-05-10

Para ti, madre... ¡Feliz día de las madres!

Un extraordinario texto dedicado a todas las madres... ¡Muy bello para dedicarlo a todas ellas!

En este día tan especial, queremos consentir a mamá, con este maravilloso texto: "Para ti, madre".

Colaboración del psicoterapeuta humanista,

Antonio Ayala.

Faltan palabras para poder describir y agradecer el amor de una madre, pero hoy queremos celebrarlas con el siguiente texto, ¡FELIZ DÍA DE LAS MADRES!

Felicidades dadoras de vida, cobijo, protección y amor.

Gracias por dejar lo mejor de sí en cada ser que brotó de sus entrañas y brindar más allá del amor que en ustedes depositaron.

Porque una madre como ningún otro ser, es capaz de dar lo que nunca le dieron y ofrecer lo que aún en sus manos no existe, brindándolo de maravillosas maneras, cumpliendo con lo imposible y haciendo asequible lo que otros asumen inalcanzable.

Porque el amor de una madre, ve posibilidades a lo imposible y asume como imposible, no entregarse de formas completas a la laboriosa necesidad de amar que trae un hijo cuando viene al mundo.

Gracias por describir con ejemplos tangibles, la autenticidad del amor y enmarcarlo en las historias de cada ser humano como base fundamental de su amor por la vida, porque toda historia de amor que existe y se reproduce, nace de una historia de amor original: El amor de una madre a su hijo.

Siendo por ello, digna de la mayor de las admiraciones y el más grande respeto, a quien es capaz de amar a otro más que a sí mismo; de construir en otro lo que nunca construyeron en ella; de dar a otro lo que nunca le dieron; de entregarse con todas las letras y un poco más; de no renunciar a su imposible labor aunque el trabajo ya esté terminado; de deformar su cuerpo a cambio de construir en él uno ajeno; de edificar logros en otro, que nunca serán reconocidos en ella; de admitir los fracasos de otro, como si fueran suyos; de realizar proezas sin buscar aplausos; de vivir abandonos como pago a su desmedida entrega, sin reclamo alguno y dando atenciones inmerecidas al ingrato que la olvida...

Luchadora de nobles causas y verdadera filántropa, porque busca el bien sin egoísmos, porque procura el éxito sin que sea para ella y así glorifica su vida.

Guerrera incansable que nunca pierde sus batallas pues son interminables y solo la muerte sabrá premiarlas con un plácido y eterno descanso, a quien dio su vida en prenda, por ver culminar la de otro más: la de su hijo, ese a quien dio hospedaje en su vientre sin cobrar renta alguna y le presentó el mundo con sus propios ojos, creándole hermosos paraísos en donde solo había hostilidades y otorgó caricias cuando la vida le lastimó.

Mi grande agradecimiento, a quien da cátedra de cómo practicar el amor, uno sin condiciones, uno que no busca reciprocidad ni pleitesías.

Porque se basta amando y sirviendo, porque fue capaz de amar ciegamente cuando se enamoró de alguien a quien no conocía aún y también amó con ojos bien abiertos cuando después de ser lastimada, se decidió a seguir amando más allá de la razón, de lo justo y lo merecido.

Gracias por su ejemplo madrecitas maravillosas. Porque ella es el abrazo más oportuno que puede existir cuando la noche se nos vino encima y no encontramos a dónde ir. Es la caricia más exacta cuando el alma está dolida y quebrada por las vicisitudes del vivir.

Es el destino utópico buscado desde el amor en otros brazos que nunca hemos de volver a encontrar, porque su amor es el más puro y genuino.

Ella, nuestro faro en la oscuridad, nos guía desde su vientre pendiente nuestro hasta su muerte, porque su cariño le ordena dar de sí, más allá de lo sensato pues su amor, no obedece a la ingenua razón y se debe a la sabiduría de sus instintos.

Ella, es el único servicio que se entrega incondicionalmente, porque se cobra de ver ser feliz a quien trajo al mundo y su pago es la dicha, de poder ver reír a quien en medio de llantos concibió.

Su dedicación, es un homenaje a la vida misma porque encarnan al esmero arrancándose las propias ganas, cuando el deseo del hijo se manifiesta, pues este se vuelve su prioridad.

Mujeres que luchan contra el mundo y también consigo mismas por salvar del abandono al pedazo más valioso de sí, que hoy se ha vuelto otro.

Gracias por su ejemplo de voluntad, porque cuando el imposible se asoma, una madre promedio lo desmiente en su cotidianidad.

Hacen proezas sin pedir aplausos; logran utopías sin reconocimientos dignos y vuelven asequible lo impensable porque su compromiso es el más férreo que puede existir. Solucionan todo a punta de amor, de dóciles formas o encarnizadas maneras.

Cuando una mujer ha despertado a la maternidad, pareciera que se ha hecho la mujer invulnerable más vulnerada que este mundo puede advertir, porque nadan contra corriente como si fuese obligado y la adversidad le pone a prueba de formas extraordinarias; no obstante, siempre sale victoriosa...

Si no me crees, pregúntate ¿Cómo es que hoy estás aquí, leyendo cómodamente esto? Seguramente una guerrera de éstas que menciono, luchó ayer por ti.

Felicidades madrecitas hermosas y principalmente, felicidades a ti, mi madre linda por ser el ser humano que más hizo por mí siempre y hoy más admiro en este mundo.

Antonio Ayala Morales

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