Al menos 7 grupos étnicos del sur y occidente del país hacen del tianguis de Villa Juárez un punto de encuentro con igualdad.

Tus Buenas Noticias. Con más de 30 años de permanencia, el tianguis de Villa Juárez se arraigó de tal manera que hoy es un símbolo de identidad que une culturas de al menos 7 grupos étnicos y alienta la convivencia como punto de igualdad.

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El amanecer de cada domingo tiene una motivación especial para más de 20 mil trabajadores agrícolas de Villa Juárez, municipio de Navolato. El sábado es día de pago; pero el domingo es día de tianguis, es día de compras.

Al amanecer han llegado comerciantes de Culiacán, Costa Rica, El Dorado, Navolato y del propio Villa Juárez, de tal manera que para las 7 de la mañana un “hormiguear” de paseantes han convertido la calles en una romería donde unos venden, y otros caminan, ven y compran.

Ahí gritos, música estridente, ofertas y sabores se amasan en una sola actividad en el arte de vender y comprar. Son 2 kilómetros de calle con venta por ambos lados donde adultos, jóvenes y niños encuentran motivos de consumo.

Este tianguis tiene reminiscencias de los tianguis primitivos, pues Villa Juárez es una población multicultural y pluri-étnica donde se refugian trabajadores de grupos Mixtecos, Zapotecos, Tlapanecos, Triquis, Nahuas, Tzotziles, Tarascos y otras etnias del sur y occidente.

Lo hace distintivo de otros tianguis de Sinaloa la variada exposición de alimentos representativos de estas culturas, con una gran diversidad de platillos a base de tamales oaxaqueños, pozole mixteco, caldos, quesadillas gigantes, sopes y tacos de todo tipo.

La señora Sebastiana Fidencio Mendoza tiene 10 años vendiendo comida en el tianguis, su especialidad son los tamales oaxaqueños y el pozole de pollo sureño.

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Comenta que al principio sólo comían estos platillos los migrantes de Oaxaca, luego se fueron sumando comensales de otros grupos indígenas, y hoy es un lugar donde el sabor hace que se revuelvan todas las culturas, incluidos los sinaloenses. Apretados entre las mesas se arrebatan el turno de ser servidos.

[mks_pullquote align="left" width="300" size="24" bg_color="#ffffff" txt_color="#0095cc"]Por el improvisado corredor tapizado de productos, el bagaje cultural mexicano tiene su encuentro. Más de 10 lenguas se escuchan y entremezclan con el idioma español como punto de encuentro, donde el consumo es factor de unidad y convivencia.[/mks_pullquote]

Debido a que cerca de 25 mil residentes temporales de los campos de Villa Juárez regresarán a sus lugares de origen al final de la temporada hortícola (abril), muchos de los enseres domésticos que compran son usados y de poco valor económico, que finalmente tirarán o regalarán no pudiendo viajar con ellos.

En ese tianguis se venden los productos convencionales y hasta los inimaginables. Hay desde los elementales de alimentación y vestido, hasta ferreteros, electrodomésticos, juguetes, redes de pesca, equipos de labranza, telas, chiles y hasta animales.

En este tianguis todo cabe y todo se vende. Lorenzo Marín Esquivel tiene 20 años vendiendo en el tianguis, dejó Michoacán para residir en Villa Juárez, en su ancianidad la vida le da motivos de felicidad vendiendo chiles.

Su fuerte son los chiles cola de rata y pico de pájaro o tay, estos chiles son el deleite en la cocina de los trabajadores migrantes. Con sus persuasivas palabras al viento su venta está garantizada.

Secundino Márquez Vázquez es el líder entre los tiangueros, él recibe lo bueno, lo malo y lo peor de las historias del tianguis. Cuanta que desde 1990 formalizaron el tianguis como Unión de Comerciantes del municipio de Navolato, pero el tianguis ya estaba desde los años 80´s.

Estima que hay más de 500 vendedores informales participando en el tianguis, que ha sido difícil poner orden a la manera de operar el comercio, y enfrentan problemas con la recolección de basura.

Considera un orgullo que sea el punto de encuentro de los jornaleros migrantes y residentes fijos de la comunidad.